DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER 2023

Margot Llobera es conocida por ser una de las jóvenes promesas del mundo de las competiciones off road. Concentrada en su carrera como piloto, consiguió un tercer puesto en la Copa del Mundo de Bajas en 2021 y 2022. Se estrenó en el Dakar 2020 como parte de la caravana de prensa y, en 2022, debutó como copiloto en la categoría de coches. En esta última edición, participó como copiloto de su tío, Albert Llovera, embajador de marca de Ford Trucks. Esa experiencia la ha acercado al mundo del camión y sus especiales características. Hoy, Día Internacional de la Mujer, conoceremos a esta luchadora que ha hecho realidad su sueño de vivir las historias que le contaba su tío sobre la aventura del Dakar.

 

¿Cómo y por qué te iniciaste en el mundo de las competiciones de motor? 

 

Margot: Empecé cuando tenía 18 años con la idea de vivir las experiencias que nos contaba mi tío Albert en las comidas familiares. Y la forma más factible y económica era ir en moto. No tenía ni idea, pero empecé por montarme un equipo con un preparador físico, un psicólogo,… tenía que aprender a ir en moto, a navegar, mecánica, etc… Y así pasaron 7 años de non stop en esa dirección, hasta que me fueron llamando para hacer de copiloto. Pero en nuestra familia no hay tradición previa en el motorsport.


Para aquellos que no vivimos la competición desde dentro, la idea de participar en el Dakar nos parece un sueño inalcanzable, pero nos comentaste que, precisamente, tú aprendiste a ir en moto para poder hacerlo. ¡Eso es enfrentarse a un reto! ¿Qué es lo más difícil que has tenido que afrontar para llegar al Dakar?


Margot: Lo más difícil de llegar al Dakar y, en muchos otros aspectos de la vida, es que no hay un camino. Es un camino que tienes que ir haciendo tú y vas descubriendo dónde están los errores, dónde te encuentras a gusto,… y vas trabajando hacia una dirección porque conoces el objetivo, pero no el camino. Es algo que vas descubriendo poco a poco.

 

“La experiencia de hacer de copiloto en un camión de competición es surrealista. Parece que todo el rato vayas a volcar.”

¿Cómo has vivido tu primera experiencia como copiloto de un camión de competición? ¿Qué ha sido lo más complicado de gestionar dentro de la cabina?

 

Margot: ¡Ha sido brutal!. Me tuve que acostumbrar en las primeras horas a las sensaciones del camión, que son una auténtica barbaridad. Y es una situación muy rara, porque parece que todo el rato vayas a volcar. ¡Todo el rato! Y hasta que te acostumbras sientes un pánico absoluto que, además, tienes que apartar para poder concentrarte e indicar hacia dónde tienen que ir dentro de la inmensidad del desierto.

 

Así que fueron sentimientos muy bestias en las primeras horas, y me repetía: “O intento sobrevivir o intento navegar, pero las dos cosas no puedo.”

 

¿Y qué tal la convivencia con tu tío Albert? ¡Siempre dicen que trabajar con la familia no es recomendable!


Margot: ¡Muy bien la verdad! Ha sido una suerte y una sorpresa conocer a Albert en competición, porque es diferente del día a día. Es mucho más serio, mucho más centrado y muy fácil de manejar. Es una suerte, porque normalmente es al revés. Se vuelven locos dentro de la cabina y, la verdad, él aporta una paz enorme dentro del camión. Lo ves disfrutar. Ves que está en su sitio. ¡Un gusto!

 

“Yo espero que, si el proyecto de Ford continua, seguiré en camión. Yo estoy encantada, sobre todo con el equipo humano de Ford Trucks España.”

Ahora que has probado el camión, ¿volverás a competir en esta categoría o regresarás a las motos?

 

Margot: Yo espero que, si el proyecto de Ford continua, seguiré en camión. Yo estoy encantada, sobre todo con el equipo humano que hay detrás de Ford Trucks España. ¡Estamos muy a gusto y muy tranquilos!; algo que, finalmente, en una competición como el Dakar, que estás en la Champions del motor es esencial. La presión es muy alta y tener un equipo humano así por detrás te da mucha tranquilidad y es vital. 

 

 

Si pudieras mejorar algo para el vehículo de Dakar del 2024, ¿Qué sería?

 

Margot: Estuvimos en el Dakar sufriendo muchísimo con los baches y las piedras. Y más yo que, al estar en el lateral lo notaba todo, más que el copiloto de en medio. Así que creo que, este año, me voy a pedir un asiento con suspensión neumática como el del F-MAX, porque se va regulando solo. ¡Es increíble! y ¡creo que me va a venir muy bien para la espalda! (risas) 

 

El Dakar es la competición del motor con más mujeres participantes y la más inclusiva, ya que no hace distinciones de género en recorridos, vehículos o clasificaciones. Sin embargo, es un hecho que las diferencias en la capacidad física de hombres y mujeres suponen un hándicap para éstas últimas ¿Crees que el camino para avanzar en visibilidad y reconocimiento del deporte femenino es competir juntos o crees que deben existir categorías separadas?


Margot: En las categorías que se necesita físico, como en la moto o en los quad, obviamente, las clasificaciones se separan. Pero en las categorías de cuatro ruedas, como pueden ser los coches o los camiones, desde mi punto de vista no tiene ningún sentido separar las dos categorías. Al final, siempre nos comparamos con ellos.

 

¡Tú no miras el tenis femenino pensando que no es Roger Federer!. Finalmente, cada uno tiene su estilo y eso es fabuloso para el deporte.

“En el motorsport, aún se nos ve como las chicas. Vamos trabajando, pero es obvio que falta mucho recorrido."

Desde el punto de vista de tu experiencia, ¿en qué punto se encuentra el grado de reconocimiento profesional de la mujer dentro del mundo de la competición de motor, ya sea moto, camión, coches …? ¿Crees que se os valora como pilotos o aún se os ve como “las chicas”?

 

Margot: Aún se nos ve como “las chicas”. Y el ejemplo más evidente es que la federación aún separa la clasificación femenina de la masculina dentro del vehículo, tanto piloto, como copiloto. Para mí, estos detalles nos restan credibilidad. 

 

Vamos trabajando, pero es obvio que falta aún mucho recorrido. Faltan pilotos y copilotos, pero también ingenieras, mujeres de prensa, … ¡de todo!. Miras los paddocks y te das cuenta de que no se trata de que a las chicas no nos guste el motor, sino que está sucediendo algo más.

 

Dejamos el Dakar: ¿A qué te dedicas cuando no compites?

 

Margot: Yo estudiaba ingeniería de diseño industrial cuando empecé con la locura del Dakar, por lo que, al finalizar la carrera, tuve que decidir entre pasarme el día buscando esponsors o entrar a trabajar de lo mío en una empresa. ¡Que me encanta! Así que decidí que, como no tenía compromisos, ni hijos, ni nada,… era el momento de intentarlo. Por eso me pasé al diseño gráfico, que me ofrecía más flexibilidad y tengo una empresa que hace brandings, carteles, apps, webs,.. 

 

Y, en mis ratos libres, ¡tengo una empresa de autolavado de vehículos! (risas)

 

Durante muchos años fuiste una de las integrantes de la selección femenina andorrana de fútbol, ¿sigues jugando? ¿Qué pasaría si te hicieran escoger entre el fútbol y el motor?


Margot: El fútbol fue una experiencia brutal. El equipo, que jugaba la liga catalana, era el equipo nacional. Al final, tuve la suerte de nacer en Andorra, de ser muy pocas y de entrar. ¡Si no cojeabas y respirabas bien, estabas dentro! (risas). ¡No es que yo tuviera un talento especial! Pero, eso nos permitió jugar partidos de UEFA. ¡Una absoluta locura! Y allí vi, lo que era ser profesional de un deporte. Que tuvieras todo un equipo trabajando para ti y tú solo tuvieras que preocuparte de tu rendimiento.

 

"Ahora nos toca a nosotras crecer, desarrollarnos y elevar el nivel del deporte desde la base. Igual que ellos han hecho."

¿Qué referentes tienes en el mundo de la competición y en tu vida personal?


Margot: Albert, obviamente. Y más después de este Dakar, que ha subido un par de peldaños más arriba. A mis dos abuelas. La verdad es que, a nivel familiar, estamos muy unidos y, de cada uno, vas cogiendo cositas. Y después, a nivel deportivo, a Laia Sanz, que está en otra liga y, más cercana podría destacar a Rosa Romero, que ha hecho no sé cuántos Dakar en moto y ahora está haciendo también de copiloto. Y después, Lindsay Vonn, que es esquiadora, por la manera que se ha enfrentado a las lesiones. Y, en un nivel máximo, Lewis Hamilton, que, para mí, aparte de su faceta como deportista que es fantástica, destaca por su extraordinaria actitud personal y todos los proyectos sociales que gestiona. Lo conozco de primera mano por Cristina Gutiérrez, que está en su equipo en la Extreme E, y destaca que tiene un trato personal brutal. Es esa persona que está detrás, que en la pista no vemos, pero que, para mí es importante. 

 

 

Tan solo dos cuestiones más. Existe un consenso social sobre la necesidad de que las niñas y adolescentes cuenten con más referentes femeninos en todos los ámbitos para eliminar los estereotipos. En este sentido y teniendo en cuenta tu involucración en un mundo eminentemente masculino como es la competición del motor, ¿qué mensaje le darías a esa niña/adolescente?

 

Margot: Que siga peleando. Y es una pena porque no generas base, que podría evolucionar y elevar el nivel de tu futbol para que tú ganes más dinero. Al final, todo es un tema de dinero y están viendo que Alexia (Putellas) vende más camisetas que Messi y está llenando estadios. La clave es que vean que somos rentables, que se den cuenta de que no queremos jugar como ellos, sino tener nuestro propio deporte, como ellos lo han hecho durante cientos de años. Ahora nos toca a nosotras, poco a poco, como ellos han tenido la oportunidad, de crecer, desarrollarnos y elevar el nivel del deporte haciendo base. Y ésto solo se consigue si ellos apuestan, nos dan oportunidades, ponen dinero y la prensa acompaña.

 

 

Y para finalizar, ¿Cuál es tu próximo reto?


Margot: Justamente me voy en tres días a Arabia Saudí, porque el gobierno de ese país organiza un rally para mujeres, con coches de serie. Nos tenemos que poner en situación, ya que las mujeres pueden conducir allí tan solo desde hace 4 o 5 años, así que son mujeres que están aprendiendo a conducir. Y nos han fichado a varias copilotos europeas para formales, enseñarles y copilotarles por el desierto.

 

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